EN COLOMBIA LA FIEBRE DE
CANTAR - LAS PELÍCULAS "REBELDE SIN CAUSA" Y "WEST SIDE
STORY" CONTRIBUYEN A ELLA - EMPIEZA LA INVASIÓN MUSICAL
Los jóvenes colombianos ya
están al día. La pauta marcada por Elvis Presley, Paúl Anka y la nueva onda
mexicana han calado muy hondo, entre nuestros jóvenes exponentes. Cada uno de
ellos quiere convertirse en un "Beatle". Llegar cada vez más arriba y
hacer una realidad sus aspiraciones. Tienen también una particular manera de
divertirse con el frenético rock, el rítmico twist o el arrebatador surf.
Sofía Loren y Maximilian
Schell ganadores, respectivamente, de los premios Oscar a la mejor actriz y a
el mejor actor, han pasado a un segundo plano con la promoción desplegada en la
presentación de la producción norteamericana "West Side Story" (Amor
Sin Barreras), laureada también con el premio de la Academia y Ciencias
Cinematográficas de Hollywood como la mejor película de este año. Las colas en
los teatros en donde la exhiben han sido verdaderamente aterradoras. Toda la
impetuosidad de la juventud sé ha plasmado en esta magnífica producción, que
continúa el éxito sin precedentes de "Rebelde Sin Causa", con el rey
Elvis Presley.
La generación
"yeyé" que sé está alzando por medio de sus propios esfuerzos en
muchos casos, o por la ayuda de mecenas que creen en ellos, ya tienen nombres
propios: Oscar Golden, Lyda Zamora, Tanny, Cuky, Harold, Los Speakers, Pipo,
Los Tiburones, Marcel, Alex, Los Desconocidos, Vicky, Ernesto Satró, Juan
Nicolás Estela, Antony, Los Thunder, Los Ángeles, Maritza, Los Teen Agers...
Y la invasión musical ya
sé apropió definitivamente de las vitrinas de los almacenes de discos, las
emisoras, las discotecas, los corrillos, en donde sé intercambian canciones con
las letras de los últimos temas de Leo Dan, Cesar Costa, Enrique Guzmán, Palito
Ortega, Violeta Rivas, Roberto Carlos, Fabrizio, Netinho, Rita Pavone, Mirla
Castellanos, Angélica María, Marty Cosens, Rosalía, Cherry Navarro, Boby Capó,
Lalo Fransen, Billy Kafaro, Los TNT, Mónica Bell...
Es que definitivamente
esta juventud tiene una fiebre de cantar de varios grados. Ha creado sus
propias canciones, su música y su estilo de bailar que muchas veces puede
semejar grotescas actitudes representativas de un mono, una bicicleta o una
mezcla indefinible en el sirtaki o surf, el baile loco que hace contornearse a
la juventud norteamericana y europea. Si, hemos entrado en la rebeldía
romántica de las baladas y el alma liberatoria de la vestimenta.
Nuestro país está siendo
invadido en estos momentos por una de esas muestras de alegría como el baile.
Está en pleno furor la denominada "Nueva Ola". Es el rompimiento con
los tradicionalismos: en el vestir, el hablar, el sentir, el bailar y la
introducción de nuevas notas musicales dentro de un pentagrama ya cansado de la
trágica ranchera, el sentido tango, el nostálgico mambo y, tal vez, de la
rítmica cumbia o el sensual bossa-nova.
El soporte fundamental de
este cambio en la mentalidad colombiana lo constituye el "gogó".
Muchos sicólogos y científicos han tratado de explicar este fenómeno que día a
día sé extiende entre la juventud, pero no han llegado a una conclusión
definitiva. Por ahora y ateniéndonos a los mismos jóvenes, la definición más
simple es que es "un baile libre". ¿Por qué? Porque no conlleva
ningún tipo de inhibiciones. Pueden agitarse libremente como el viento. Y,
aunque como todo modo de baile, necesita la presencia de dos personas, aquí
cada uno hace sus pasos por su cuenta. No une, separa. Habitualmente la pareja
no sé mira a la cara, sino que lo hacen al suelo. Siempre concentrados en la
música. Tampoco sé tocan, ni menos hablan. Hay una creencia popular que afirma
que el "gogó" es una variación del "twist". De ahí, la
facilidad para la práctica de este nuevo baile, porque el "twist" fue
la expresión corporal más fácil de aprender.
Para poder explicar en qué
consisten estas nuevas variaciones, hay que ver y practicar. La orquesta
juvenil compuesta básicamente por una batería, una guitarra eléctrica, un bajo
y un par de tambores, es la encargada de marcar de principio a fin, la melodía
que permite el sinnúmero de pasos, entre otros, "jerk, watussi, monkey,
surf, hully gully, swing, shake", etc. Hay que mover cabeza y brazos,
piernas y caderas. Ningún movimiento sé coordina entre sí, puesto que cada uno
debe crear su propia expresión.
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