El Exorcista

La verdadera historia de mi fobia a esta cinta...

Una fría noche bogotana acordé encontrarme en los alrededores del viejo teatro "Lucia", antes que fuese convertido en un almacén de venta de zapatos, con un numeroso grupo de amigos, para asistir a la premier de "El Exorcista".

Era tal la expectativa que había despertado la tan mentada película que una inmensa cola que se extendía a lo largo de la carrera trece hasta llegar casi a la calle cincuenta y siete, por poco nos desanima en aquella lóbrega vigilia. Sin embargo y acicateado por mis amigos mas osados, logré acercarme finalmente a la taquilla para comprar las boletas que nos darían la entrada triunfal al espectáculo.

De la torre de la iglesia de El Divino Salvador, alcanzamos a escuchar sus metálicas campanadas indicándonos que ya eran las nueve de la noche, cuando traspasamos el umbral del edificio. Adentro, antes que las luces se apagaran, alcancé a ver a mi grupo de amigos, distribuidos estratégicamente a la largo del teatro.

A partir de ese instante, quedó grabada para siempre en mi mente la historia más aterradora que jamás haya visto.

Procuraba asegurarme de estar siempre acompañado así fuera a asistir a un sitio tan privado como el baño. O estaba temeroso que mi interlocutor, a pesar de su apariencia de mujer angelical, de repente, se dirigiera a mi con una voz cavernosa, gruesa, de ultratumba.

Sobraría comentarles que desde esa fecha y hasta después de muchísimos meses, quizás años, no lograría conciliar un buen sueño, por que siempre sentía que mi cama se movía frenéticamente. Y ni que decir de la sopa de verduras que salió automáticamente de mi lista de alimentos y que recién ahora, con muchas objeciones, tomo muy de vez en cuando.

Lamentablemente para mí, en aquellos días terminé de oficializar mi noviazgo con una bella estudiante universitaria, quien entre condiciones para aceptarme, me propuso muy solemnemente, que la llevara a ver la tan referida película...

Ahora entenderán porque, después de casi veinticinco años, no me llame ni cinco la atención volver a ver la mencionada cinta, ni aunque la anuncien con escenas jamás vistas.

Ah! y de aquella chica, nunca mas supe su vida.

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